No sé si el término exista, pero simplemente hay personas que tienen un corazón tan amplio y tan basto de amor que el noble sentimiento nace desde sus adentros, circula por todo su cuerpo propagándose por cada nervio, por cada vaso y cada arteria para finalmente explotar en un desenfreno de amor por todos y cada uno de los poros de su cuerpo.
Seguro hay millones de personas –yo entre ellos- que no entienden este novel concepto pero hay otras tantas que viven dichosamente desbordando amor a su paso.
Para nosotros los tradicionalistas estas prácticas nos resultan muy difíciles de entender pues carecemos de alguna manera de un corazón con esa capacidad y tendemos a reaccionar con apelativos peyorativos hacia esta persona.
Qué culpa tienen los corazones cosmopolitas de que no podamos comprender su filosofía? Hace poco me topé con un corazón cosmopolita y pude palpar su realidad.
Fue un encuentro de lo mas imprevisto y durante toda una tarde y noche, fui blanco de sus insinuaciones, ataques y sobresaltos. Si bien no fueron ataques tan directos puedo decir que fueron constantes. Sin embargo, os relato con orgullo que mi voluntad de hierro no sucumbió a tales artimañas. En fin, mientras el manto de la noche cubría nuestro paso, nos encontramos con más deambulantes nocturnos y quedé perplejo cuando todos (absolutamente todos) intentaban retomar su historia amorosa inconclusa.
Todavía atónito observaba como en cada intento, ella los rechazaba esperando (me imagino yo) que sucumbiese mi férrea voluntad. Así transurrieron como 4 o 5 proponentes, 1 o 2 botellas y todavía sin mostrar signos de flaqueza se acercaba la noche a su final. Sin embargo, habría de llegar un último noctámbulo quien sí logró convencerla y finalmente se marchó aquel corazón cosmopolita urgido de desbordar todo su represado amor.
Perturbado? Tal vez por un momento, sin embargo luego comprendí que su naturaleza no merecía blasfemias pues no es su culpa que mi tradicionalista corazón no pueda comprender su ideología liberal.
