mayo 23, 2008

Un año blogeando con demasiada intermitencia ....

Bueno, que decir ... un auto feliz primer año en este mundo de los blogs. De este largo año, resalto la pena que me ha embargado no haber podido escribir más seguido. No tengo una prosa literaria tan fluida como muchos de los blogeros que leo casi a diario pero buee se lucha.

Ante todo gracias totales a todos los lectores y les prometo postear regularmente. Trataré de botar otras actividades que no me dan tanta alegría como escribir acá. Tengo ya unos artículos en construcción (como 3) y espero que sean de su agrado. Entre ellos, están “el culto al Glúteo Parte 2” e “Indulgencia VS Indigencia”. En fin, poco a poco le daré viada a esto del blog para que ustedes lectores queridos (y grandes amigos) se distraigan un poco.

También estoy incursionando en el mundo de los podcasts y esperemos que muy pronto les tenga novedades en el blog con temas usando esta herramienta.

¡Ahí nos leemos!

El Culto al Glúteo Parte 1

Los existen grandes o pequeños, redondos y también alargados. Otros son chatos o cachetoncitos; unos considerados de maniquí y también robustos o blanditos. Son de todos los colores desde el pálido al petróleo con carácter o sin él. Lampiños o peludos, todos son aclamados por multitudes y algunos hasta paran el tráfico.

En portugués bunda, en alemán hinterteil, en francés fesses, en inglés buttock y en español nalgas o trasero. Desde el antiguo testamento hasta nuestros días han tenido mil apelativos, que colita, pompitas, rabo, o nalgas. Políticamente son las posaderas, técnicamente nalgas y por el vulgo llamados culo.

Lo murmuran muchas veces, han sido sujetos de apelativos sublimes o de grandes discrímenes pero pese a ser el centro de mucha conversación masculina. Nunca nadie se paró y habló abiertamente sobre el “Culto al glúteo”.

En cuestión de gustos nadie tiene la palabra final. Incluso, existe una popular frase que reza “en gustos y en colores no discuten los doctores. Pero cuando hay algo que guste en todo el mundo ¿cómo se llama? Yo lo llamo ... el “culto al glúteo”

Hace casi 10 años visité USA para terminar allá mi bachillerato. Allá cursé mi senior year como le dicen los gringos al último año de colegio. En esta experiencia tuve la suerte de cruzarme con muchos estudiantes extranjeros. Allá me topé con rusos, mexicanos, serbios, brasileños, argentinos, costarricenses, alemanes, japoneses, nigerianos, albaneses y un largo etc. Y tras una clase de “lenguaje por señales” nos pusimos a hablar de las cosas que nos atraían de las mujeres. Es impresionante pero el 100% de los presentes mencionó que en su cultura la mayoría de hombres gusta de un “bonito” trasero en una mujer. Claro no se podría estandarizar en formas y colores pero me resulta impresionante que en todo el mundo se tenga cierta predilección por algo en particular. No se me viene a la mente ahora de alguna cosa que “guste a todo el mundo” o por lo menos a la gran mayoría. Esto seguro debe tener alguna razón.

Desde ahí, es que el culto al glúteo rondó mi mente. Yo sé algunos me llamarán depravado pero es así. Una nalga casi nunca se escapa a la vista de un hombre, estadísticamente hablando 8 de cada 10 hombres voltean cuando pasa una chica despampanante o medianamente atractiva. -encuesta tomada en Quito, Riobamba y Guayaquil hace aproximadamente 1 año-. No es cuestión de morbo, no es cuestión de deseo, no es cuestión de fantasear, simplemente es el culto al glúteo.

Teorías van y teorías vinieron, sobre el por qué del culto al glúteo y luego de 4 años desde que lancé la primera... encontré la verdad...