octubre 30, 2008

El Día del Americano

Y fue justo hoy, hoy hace más de 500 años, cuando la expedición de Colón, tras meses y meses de viajar soportando las inclemencias del tiempo, ya casi sin esperanza y al borde de un motín, divisó tierra. Entonces, el encuentro de dos mundos fue inevitable. Dos mundos muy diferentes entre si pero tan iguales a la vez.

Desde ahí la historia y el destino de “las Indias” es conocido por todos, con leves diferencias y distintos actores a los largo del continente americano se vivieron primero el descubrimiento, luego la conquista, a continuación la época de la colonia y finalmente la independencia. Desde ahí, desde la independencia es cuando la historia pasa a ser nuestra. De nosotros, de los nuevos americanos, los que no somos ni de aquí ni de allá, los que somos de este mundo, del nuevo… del mezclado.

Entonces, ¿debemos celebrar hoy “el día de la raza”? No, eso es lo que nuestros visitantes, nuestros invasores europeos hicieron en su tiempo. Celebrar, para ellos la llegada de su raza, celebrar su conquista en el nuevo mundo.

Yo no soy europeo como para en esta fecha celebrar conquistas, celebrar victorias, celebrar mi descubrimiento de nuevas riquezas, de nuevas tierras. Tampoco soy natural como para contarles de visitantes extraños, de batallas perdidas, de genocidio, de violaciones… de esclavitud. Yo, soy el nuevo, el americano, el que da gracias por su nacimiento, el que se regocija por su vida. El que unió la quínoa de las indias con la levadura europea e hizo el pan. El que piensa que mejor saben las papas con salsa que cada una por separada, el que sabe que mejor es haber probado el tabaco y la alcachofa que no haber saboreado ninguno.

Y eso es lo que celebro hoy. Yo, el americano, celebro el día de mi nacimiento, el día en que los de acá y los de allá se acabaron, el día de la integración.

Desde la mitad del mundo, desde el Ecuador, feliz día del fin de la raza, feliz día hermanos del mundo.


junio 18, 2008

El Olor de la Muerte

Poco o nada se habla del olor de la muerte, pero en las pocas veces que se hace uno lo asocia con cuerpos pudriéndose a la rivera del camino o tratamientos morfínicos a los despojos de un difunto.

¿A quien le podría gustar el olor de la muerte?

Para mi la muerte engloba olores embriagantes, perfumes indescifrables y a veces hasta sabores exquisitos.

El solo imaginar, caminar por praderas infinitas, con el rocío acariciándolas suavemente y el pasto recién cortado me trae recuerdos interminables. Recuerdos de la infancia, de una infancia llena de animales de granja, establos antiguos y metales oxidados. Recuerdos, llenos de olores a polvo, a tejas húmedas y a cuartos oscuros donde se almacenaba de todo.

Los olores de la muerte me recuerdan la sonrisa de Marcela cuando la despierto con rosas frescas por la mañana. Es un ángel.

Hojas de eucalipto, arreglos de cilantro y perejil; praderas de amelga y vastos crisantemos. Todas esas plantas aportan con su muerte para adornar los rincones de mi vida, llenarlos de aromas impensados cargados de nostalgia y recuerdos furtivos. ¿Es egoísta de mi parte que una vida se profane para aromar la mía?

mayo 23, 2008

Un año blogeando con demasiada intermitencia ....

Bueno, que decir ... un auto feliz primer año en este mundo de los blogs. De este largo año, resalto la pena que me ha embargado no haber podido escribir más seguido. No tengo una prosa literaria tan fluida como muchos de los blogeros que leo casi a diario pero buee se lucha.

Ante todo gracias totales a todos los lectores y les prometo postear regularmente. Trataré de botar otras actividades que no me dan tanta alegría como escribir acá. Tengo ya unos artículos en construcción (como 3) y espero que sean de su agrado. Entre ellos, están “el culto al Glúteo Parte 2” e “Indulgencia VS Indigencia”. En fin, poco a poco le daré viada a esto del blog para que ustedes lectores queridos (y grandes amigos) se distraigan un poco.

También estoy incursionando en el mundo de los podcasts y esperemos que muy pronto les tenga novedades en el blog con temas usando esta herramienta.

¡Ahí nos leemos!

El Culto al Glúteo Parte 1

Los existen grandes o pequeños, redondos y también alargados. Otros son chatos o cachetoncitos; unos considerados de maniquí y también robustos o blanditos. Son de todos los colores desde el pálido al petróleo con carácter o sin él. Lampiños o peludos, todos son aclamados por multitudes y algunos hasta paran el tráfico.

En portugués bunda, en alemán hinterteil, en francés fesses, en inglés buttock y en español nalgas o trasero. Desde el antiguo testamento hasta nuestros días han tenido mil apelativos, que colita, pompitas, rabo, o nalgas. Políticamente son las posaderas, técnicamente nalgas y por el vulgo llamados culo.

Lo murmuran muchas veces, han sido sujetos de apelativos sublimes o de grandes discrímenes pero pese a ser el centro de mucha conversación masculina. Nunca nadie se paró y habló abiertamente sobre el “Culto al glúteo”.

En cuestión de gustos nadie tiene la palabra final. Incluso, existe una popular frase que reza “en gustos y en colores no discuten los doctores. Pero cuando hay algo que guste en todo el mundo ¿cómo se llama? Yo lo llamo ... el “culto al glúteo”

Hace casi 10 años visité USA para terminar allá mi bachillerato. Allá cursé mi senior year como le dicen los gringos al último año de colegio. En esta experiencia tuve la suerte de cruzarme con muchos estudiantes extranjeros. Allá me topé con rusos, mexicanos, serbios, brasileños, argentinos, costarricenses, alemanes, japoneses, nigerianos, albaneses y un largo etc. Y tras una clase de “lenguaje por señales” nos pusimos a hablar de las cosas que nos atraían de las mujeres. Es impresionante pero el 100% de los presentes mencionó que en su cultura la mayoría de hombres gusta de un “bonito” trasero en una mujer. Claro no se podría estandarizar en formas y colores pero me resulta impresionante que en todo el mundo se tenga cierta predilección por algo en particular. No se me viene a la mente ahora de alguna cosa que “guste a todo el mundo” o por lo menos a la gran mayoría. Esto seguro debe tener alguna razón.

Desde ahí, es que el culto al glúteo rondó mi mente. Yo sé algunos me llamarán depravado pero es así. Una nalga casi nunca se escapa a la vista de un hombre, estadísticamente hablando 8 de cada 10 hombres voltean cuando pasa una chica despampanante o medianamente atractiva. -encuesta tomada en Quito, Riobamba y Guayaquil hace aproximadamente 1 año-. No es cuestión de morbo, no es cuestión de deseo, no es cuestión de fantasear, simplemente es el culto al glúteo.

Teorías van y teorías vinieron, sobre el por qué del culto al glúteo y luego de 4 años desde que lancé la primera... encontré la verdad...

abril 02, 2008

Yo nunca

¿Has jugado alguna vez YO NUNCA? La primera y única vez que lo jugué cursaba mi último año de colegio -senior year, como dicen por allá- en las tierras lejanas de gringolandia. Allá en una de esas “fiestas” -ojo a las comillas porque dicen mucho-.

En fin, de las “fiestas” gringas hablaremos otro día, hoy me quiero centrar en el juego “Yo nunca”. Les decía que la primera vez que lo jugué estaba en una fiesta por allá en 1999 y algún compañero de colegio algo perspicaz y sobretodo mal intencionado propuso el juego.

El asunto trataba de que un moderador (se rotaban, uno por pregunta) debía decir algo que nunca había hecho y todos los asistentes que lo habían hecho debían hacer alguna penitencia (generalmente ingerir licor, pero como no había ... otra cosa).

Lo interesante, del juego era averiguar –muy común en las fiestas adolescentes del mundo entero- cosas privadas sobre otros asistentes o mejor aún, averiguar quién era el menos recatado/a y lanzar los dardos por ahí, esperando –y con ventaja- acertar en la presa a abordar. Algunos concursaban por ser el más nerd –casi nadie en realidad- y la mayoría por ser el más lanzado o como yo llamaría rodado.

Las preguntas iban de todo tipo, comenzaban por cosas no tan íntimas del tipo “yo nunca he bebido X días consecutivos, o yo nunca me he pegado X droga y podían terminar con algo más atrevido y personal como “yo nunca he estado con mas de X mujeres/hombres al mismo tiempo”

Generalmente, uno debe contabilizar con los dedos de su mano las veces que SI había incurrido en las preguntas del moderador y como solo tenemos 10, el juego termina ahí. En las pocas veces que jugué, el juego no pasó de las 13 preguntas porque algún concursante sin mucho pudor contaba sus 10 experiencias.

Ahora, con casi 2 lustros más a cuestas desde aquella ocasión quiero hacer mi lista de las 10 cosas que nunca he hecho. Lista de la cual en algunas ocasiones servirá como bucket list –cosas que uno must do antes de morir- y otras que quisiera conservar.

  1. Yo nunca, he tenido un accidente en auto, cuando yo era el conductor.
  2. Yo nunca, he viajado por América del Sur mochileando y conociendo mis raíces.
  3. Yo nunca, he ingerido ninguna droga ilegal.
  4. Yo nunca, he procreado a un hijo/a y cargarlo sobre mi regazo.
  5. Yo nunca, he sido un héroe para algún niño/a
  6. Yo nunca, he salvado la vida a alguien u algo.
  7. Yo nunca, le he sido infiel a mi ex-novia y ahora esposa en 7 años de estar juntos.
  8. Yo nunca, he tripulado un aeroplano ultraligero o volado en un planeador
  9. Yo nunca, le he hecho el amor a alguien hasta ver juntos el amanecer
  10. Yo nunca, ........

marzo 14, 2008

Sobre la Felicidad

Uno de mis grandes pasatiempos perdidos es el de fotógrafo; escarbando entre las fotos que había tomado recientemente, me encontré con una y al verla parecía que ella "desbordaba" felicidad. En ese preciso instante, mirando la foto mi mente comenzó a divagar...

¿Alguna vez te has planteado que es la felicidad? ¿O qué es lo que hace a una persona feliz? Hoy divagando consulté el significado en el diccionario de la RAE. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien” resalta.

Si la felicidad es un estado de ánimo basado en la posesión de un bien, entonces alguna vez te has preguntado ¿qué bien te trae felicidad? Desde que tengo memoria, mi felicidad ha estado atada a bienes materiales, de niño mi bautizo me ocasionó gran felicidad y no por recibir el sacramento sagrado, que dicho sea de paso de eso solo me acuerdo el trajecito de gala y lo que me ocasionó gran felicidad que era el recibir mi primera bicicleta. Una tarde vestido de gala luego de una ceremonia en la iglesia, me llamaron al patio yo salí corriendo entusiasmado porque esas cosas uno las presiente. Salí y allí estaba, una hermosa bicicleta con sus típicos lazos de colores colgando a cada lado del manubrio, preciosa.

Otro de los recuerdos que viene a mi mente es cuando en un cumpleaños recibí una consola de juegos de video, más conocido nacionalmente por la marca Nintendo. Mis padres me hicieron una fiesta de cumpleaños, la cual yo había olvidado por completo y estaba en otro lugar jugando con tierra, cuando llegué todos los invitados estaban en casa, mi mamá molesta porque a parte de tarde llegué sucio. En fin, ya bañado, cambiado y todo... tuve mi fiesta pero en el momento de soplar el pastel, mi padre llegó con una caja gigantesca, la abrí luego con gran desesperación, y ahí estaba la consola.

¿Más regalos? Si, en otro de mis cumpleaños recibí una caja más grande aún, (la traían 2 personas); seguro que por la impresión de ver algo tan grande es porque recuerdo ese episodio. Lo gracioso fue que era uno de esos regalos donde uno termina abriendo 20 cajas, una dentro de la otra al puro estilo de las muñecas rusas tradicionales. En fin, el regalo era un auto pequeño a batería pero envuelto en muchas cajas lo que lo hacía parecer de tamaño natural jejeje.

En fin, la felicidad está vinculada estrechamente a regalos, por lo menos en la niñez. Que lance la primera piedra (o comentario) quien no ligue al primer pensamiento la felicidad con un regalo en su niñez, para mi, por este hecho (el de ligar regalos con felicidad) es que la definición de felicidad esta errada.

La felicidad si es un estado de ánimo complaciente pero no esta ligada a la posesión de un bien. No se han preguntado, ¿cuantos niños en el mundo sufren de hambre, no tienen vestido, sin acceso a la educación, montones de otras carencias y pueden ser felices?

Solo un niño puede ser feliz sin tener bienes materiales, y tal ves esa sea la actitud que deberíamos aprender, así no abarcaríamos millones de recursos y podríamos distribuir mejor la riqueza del mundo.


"Felicidad" tomada por Thor (JBáez, 2008) en Gosoy-Cebadas